Después de una buena semana de entrenos de carrera, tocaba darle zapatilla para intentar acercarme a los 40min y quitarme la espina de la retirada del año pasado por el pinchazo en el gemelo.
Una carrera en familia pero esta vez sólo hasta la salida. A partir de ahí, a por todas. Empieza mal, ya que el dorsal me llega cuando ya están todos colocados por cajones. Trato de acercarme lo más posible al cajón rojo que me tocaba para intentar ir lo más adelante posible. Llego al límite. Concentración y ¡salimos!. La idea de hacer la salida en el Puente del Milenio está muy bien pero se genera mucho lío y el primer km se hace complicado, entre adelantamientos y la inclinación existente.
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En el km5 escucho 20:40 y yo voy muy bien, me quiero tomar un gel para hacer la segunda parte a lume de carozo y tratar de acercarme al objetivo. ¡Mierda!, me lo he olvidado. Veo que la gente que, hace años corría mejor que ellos, ha mejorado muchísimo y que yo me he estancado. Me encuentro con la nueva ornada de corredores y decido correr cómodo hasta el final. El último km aprieto un poco por el ambiente y entro en meta con un amigo Pinarium que se ha metido en esto del correr.
41:30, un buen tiempo que demuestra que vamos por el buen camino y lo mejor de todo: SIN DOLOR.
Y después a disfrutar de la familia y de un baño muy relajante en las Burgas de Outariz.
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