Después del parón típico del verano, en donde, la carrera y la bici pasan a un segundo plano y donde cogemos fuerzas para los próximos meses, ya estamos dando caña otra vez.
El viernes, cuando llegamos a casa del viaje, descansamos y recogimos las maletas, pero por la tarde ya estábamos entrenando.
La grupeta subía al Pontillón y no podía fallar. Mucho tiempo nadando en solitario y ya iba apeteciendo ir en grupo.
La verdad, que poco grupo fue, ya que la mayoría iban muy rápido y con mi neopreno fino-fino, difícil el poder seguirlos.
Al final, salió un entrenamiento de esos épicos, con 2700mts de natación en menos de min, que no está nada mal.
Después, cojo las zapas y a disfrutar en la nocturna de Marín, acompañando a Teresa. Ahora se le da por correr. ¡No decían que era de locos! Pues cada día hay más....
10kms es una prueba muy exigente para alguien que no corre a menudo. Incluso para mí, que estoy entrenando algo menos por culpa de la rodilla, se me hace bastante complicado.
Los primeros kms vamos bastante cómodos. La veo bien, aunque empieza a notar molestias en una rodilla. No digo nada y seguimos, pero en el km6 ya le duele mucho ¡si supiera lo que me duele a mí!
Al final, decide parar en el 6,5. Quedan 3,5kms y decido hacerlos para terminar la carrera. Hasta ahí, llevabamos 36:50 a cola de pelotón. Los siguientes voy bastante rápido pero sin forzar demasiado. Acabo de llegar de 15 días de parón y no quiero romper a las primeras de cambio. Voy adelantando muchos corredores. Lógico. Iba de pachanga. Algunos se quejan. Es lo que hay. Acabo con 14:21 y entro en meta en 51min. Tiempo discreto pero disfrutando que es lo que cuenta.
Dar la enhorabuena a los compis del Triatlon Pontevedra que acabaron por debajo de 40min y muy contentos con su carrera. Y a los que hicieron tiempos espectaculares. La verdad, es que el recorrido es perfecto para correr rápido. Espero que algún año pueda correrla a full.
El sábado tocaba descanso, aunque el cuerpo se tenía que mover, ya que había que salir con los amigos y disfrutar de una buena fiesta, que ya iba siendo hora. Risas y más risas, para acabar a altas horas de la noche pero con buenas sensaciones. Gracias a ese omeprazol.
El domingo tocaba bici. Iba a ser difícil pero quien dijo que fuese fácil. No quedaba otra. 1horita de bici y con subida dura a la Fracha. ¡Qué coño!
40min cómodo y 30min durísimos de subida para 5kms que da muestras de la dureza y de lo mal que lo pasé subiendo.
El lunes, comenzamos la semana con ejercicios de rodilla y rehabilitación para terminar con 1900mts de técnica en la piscina y varios estiramientos.
El martes, entreno en equipo. Subiendo al Pontillón, para nadar con neopreno 1000mts y después carrera cómoda de 40min para terminar.
El miércoles, otra vez rehabilitación de rodilla. Ejercicios y estiramientos. Por la tarde, bici en solitario por la carretera de Vilaboa y subida a Canicouva. Con cambios de ritmo y buenísimas sensaciones. 31kms más de bici.
Go, Go, Go,...